«Brit Shalom» – leyes prácticas para los hijos de Noé, versión breve

Cuarto capítulo: Prohibiciones de blasfemia

“Alabad a Dios todas las naciones, alabadle todos los pueblos” (Salmos 117:1)
 “Cualquiera que maldijere a su Dios, cargara su pecado” (Levítico 24:15)


  1. A los hijos de Noé y a los israelitas por igual, les está prohibido dirigir una blasfemia o maldición hacia el Creador del mundo.
  2. La esencia de este precepto es la negación de la percepción pesimista sobre el mundo. Aquel que ve el mundo de Dios solo lo malo tiende a culpar a quien lo creó. Según el Talmud, éste precepto ya le fue dicho al primer hombre, y es un valor fundamental de la existencia humana.
  3. Esta prohibición incluye todos los nombres del Creador, incluidos sus pronombres, como “Misericordioso” o “Compasivo”, y cualquier apodo que sea conocido por todos como referencia al Creador. Esta prohibición se aplica a todos los idiomas.
  4. Proferir injurias a Dios, es decir hablar descaradamente hacia el Creador, está prohibido.
  5. También hay quién incluye al pensamiento ateo en la prohibición. Sin embargo, debe ser examinada cuidadosamente la verdadera intención de quien adopta este pensamiento, ya que a veces no es otra cosa que una expresión de negación de la idolatría, sobre la que el Talmud dice: “Todo el que reniega de la idolatría es llamado judío”

Conductas apropiadas:

  1. El que oye una blasfemia a Dios, debe rasgar su ropa por la gravedad del hecho.
  2. No se debe actuar con desprecio hacia el Creador incluso si no se es castigado por ello. Esto incluye no estropear los libros sagrados, todo objeto que contenga nombres santos y las sinagogas.
  3. No se debe pronunciar ninguno de los nombres del Creador en un lugar que no esté limpio o cuando el que lo pronuncia no se encuentra limpio o vestido. Tampoco debe jurar por su nombre, si no es necesario (como ser en un lugar que no sea la corte) y mucho menos no jurar en falso.
  4. Los sabios dijeron: Tres socios tiene el hombre: su padre, su madre y (Dios) El Santo, Bendito sea. Las escrituras equipararon su honor con el honor del cielo. Además de esto, el respeto por el padre y la madre es parte de la moral humana común en todo el mundo. Así mismo la reverencia al padre y a la madre. Y no hace falta decir que no se permite golpearlos o maldecirlos bajo ningún concepto.
  5. ¿De qué manera se cumple con el precepto de respetarlos? Los sirve con comida y bebida, los acompaña al entrar y salir, y similares.
    ¿Cómo cumple con el precepto de reverenciarlos? No se sienta en su lugar y no rechaza sus palabras de manera humillante, y no los llama por su nombre, y acciones similares.
  6. La Torá ordenó honrar a los ancianos y así mismo honrar a los sabios de Israel y a los sabios de Noé. Se debe respetar a todo hombre, y evidentemente, no maldecir a nadie.
  7. Se debe tener especial cuidado en no maldecir a los gobernantes o personas importantes, y mucho menos al pueblo de Israel
  8. Elogian los eruditos de Israel a las naciones por respetar la Torá
  9. Existe la obligación moral de agradecer al Creador por cualquier bien que se recompense al hombre. Sobre este fundamento, los sabios de Israel compusieron las bendiciones de alabanza y las bendiciones de agradecimiento que se dicen en cada momento de goce o en una ocasión que causa alegría. Estas bendiciones se detallan en los libros de oración.
  10. También ante eventos penosos hay que agradecer, porque también éstos tienen como objetivo final, el bien.
  11. Al escuchar una bendición de su compañero, responde “Amen” para expresar su identificación con lo dicho. Lo mismo se aplica a un israelita que escucha una bendición de un hijo de Noé, siempre que esté claro que la bendición está dirigida solo al Creador del mundo y no a ningún otro ente compartido con Él.
  12. Es una buena práctica agradecer a Dios por la mera existencia cuando uno se despierta del sueño nocturno. El enunciado de la confesión es: “Te agradezco, rey vivo y existente, que me devolviste a mí el alma, con compasión, grande es tu confianza”.
  13. La mejor de las bendiciones es aquella que se dice sobre el alimento de una persona al término de su comida, y se llama Bircat HaMazón o “La bendición por la comida”.
  14. El hombre tiene una responsabilidad especial de cuidar la integridad del mundo del Santo Bendito sea, como se afirma en el Midrash (N de T: literatura rabínica de interpretación de las escrituras bíblicas): “Todo lo que creé, lo creé para ti”. Es por eso que se ha prohibido al pueblo de Israel toda destrucción a la flora, la fauna o el cuerpo de una persona cuando no es necesario. Esta prohibición se conoce como “la prohibición de destruir”. Y es apropiado para todo hombre conducirse así.